El cielo es Gialloneri
En duelo interdivisional, ‘La batalla de los cielos’ es de los Ducks al imponerse 12-2 a los Zopilotes
La temperatura descendía muy rápido, el cielo que lucía despejado poco a poco se iba poblando de nubes densas, pesadas, acompañadas de luces blancas y el inconfundible sonido de los truenos que retumban por todos los rincones y estremece a cualquiera que lo escuche. Parecía el anuncio de una tormenta, pero aquello sólo eran los estragos de una férrea batalla desatada en lo alto del Velódromo Olímpico.
Los Zopilotes, imponentes, sobrevolaban la zona esperando que la carroña se hiciera presente para darse un gran festín, pero no contaban con el mítico vuelo en V (ve) de los Ducks, aquella notable e imparable formación que no flaquea, no se vence y no se intimida ante ningún rival, ni siquiera ante aquellos que los sobrepasan en tamaño y peso. Los relámpagos solo eran la antesala de lo que estaba por venir.
Las aves gialloneri fueron las primeras en atacar, aprovechando el impulso de su vuelo y la complicidad de las nubes que cada vez se hacían más espesas. El factor sorpresa fue su gran aliado para poner los primeros puntos a su favor gracias al TD de Jesús García. El inesperado golpe dejó totalmente aturdida a la parvada negra que no lograba entender lo que estaba sucediendo.
Los Ducks, ni tardos ni perezosos -y aprovechando a la perfección el haber dado el primer golpe-, decidieron volver a embestir a los Zopilotes que seguían anonadados por la afrenta recibida. Esta vez no hubo necesidad de esconderse entre las nubes, el golpe fue descarado y certero pues una nueva anotación, ahora de Jason Viveros hizo que los carroñeros comenzaran a descender lentamente.
La escena era irónica, ahora los gialloneri actuaban como sus rivales, sobrevolaban a sus moribundas presas esperando el momento perfecto para aterrizar sobre el cuerpo inerte y comenzar con la degustación. Pero la parvada negra aún respiraba y contaba con un poco de dignidad que los hizo imponerse en tierra firme y ahuyentar al rival con una gran presión de la defensiva que provocó un safety. Un esfuerzo loable pero insuficiente pues el daño ya estaba hecho.
