Con marcador de 34-19, los Leones Coacalco terminan con el cuento de hadas de los Rhinos para acceder a la final

El final fue abrupto, estrepitoso, definitivamente no era lo que se había soñado y anhelado durante toda la temporada. Hace una semana toda era dicha y alegría para los Rhinos, se creía que quedaban dos capítulos más por escribir y ya se pensaba en lo que sería la perfecta conclusión de la idílica historia, pero todas esas letras han quedado en el tintero.

La selva llega ser un lugar muy pequeño para dos férreos entes que imponen desde que uno los ve a una distancia considerable, la inconfundible melena y el sobresaliente cuerno, ambos destacan por una sencilla razón pues cruzarse con alguno de ellos sería el equivalente a coquetear con la muerte. Dado esto, no es de extrañarse que un eventual encuentro entre ambos sería una invitación para que los gigantes africanos reclamen el trono que actualmente poseen los Leones.

La herida seguía fresca pues fue en la semana 2 cuando ambos se enfrentaron para declarar al rey de la selva; la garra del norte se impuso de forma contundente, pero, en estas circunstancias, la situación era muy diferente y era algo que los gigantes africanos querían demostrar a toda costa. Para muestra el TD de René Carmona que inauguró el marcador y dejaba en claro que no iban a permitir que la historia se repitiera.

Pero el rey no se iba a quedar con los brazos cruzados, después de todo debe estar preparado para enfrentar a cualquier rival que esté dispuesto a destronarlo e inmediatamente regresó la afrenta con la anotación de Diego Silva. La batalla recién iniciaba y los Rhinos aprovecharon el haber dado el primer golpe para dar uno más (anotación de Ernesto Urióstegui), pero eso no hizo más que picar el orgullo de los Leones. Un rugido, solo eso bastó para recuperar el control y anunciarle al dueño del gran cuerno que estaba en problemas.

La garra del norte le arrebató la pluma a los gigantes africanos con la única finalidad de cambiar la historia que ellos venían escribiendo. No habría un final feliz -ni siquiera con el nuevo TD de Urióstegui-, los melenudos se encargaron de terminar con el encanto mucho antes de la medianoche con cuatro sendas anotaciones: doblete de Allan Guerrero y dos más de Diego Silva; para mantener el trono una semana más y esperar con ansias al siguiente en la lista, el más peligroso de todos pues el ataque siempre se realiza en grupo. El rey espera a la tribu comanche.

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