El potro relincha
Los Mustangs recomponen el camino y derrotan 14-6 a unas Panteras que no ven la suya en la temporada
Con lo justo, con lo indispensable, con lo necesario. A veces solo eso basta, no se requiere meter el acelerador a fondo, ni ganar por un enorme margen de diferencia. Unas décimas, una fracción de tiempo, una ligera ventaja; con eso es suficiente pues no importa si es por mucho o por poco ya que, como dijera el célebre Dominick Toretósteles, “ganar es ganar” (rápido y furioso, 2001).
No es para menos que los Mustangs se identifiquen con dicha frase, pues justo ese erudito de las letras conducía un auto de dicho modelo, el poder americano. Con eso en cuenta, bastaba con subirse al auto, ponerse el cinturón (la seguridad, ante todo) y acelerar inmediatamente para adelantarse a su rival y romper el cero del marcador con el acarreo de Edgar Lezama.
Ya entrando en cuestiones de películas Hollywodenses, no podemos olvidar aquella joya cinematográfica de Marvel, Black Panther, que detona el mote de las Panteras. Los llamados wakandianos y su eterno grito de guerra “yibambe”, le hacían frente a la escuadra rojiblanca y estaban dispuestos a poner a prueba su mote de indomables.
Teniendo a dos razas peleadoras por excelencia, frente a frente, no podíamos esperar menos de ambos más que un choque colosal; pero pudo más el orden que el ímpetu. No hubo el daño esperado, el respeto por el rival se impuso y también el gran orden defensivo de ambos conjuntos, mismo que logró neutralizar las armas contrarias que poco a poco se iban quedando sin pólvora.
José Iván Espinosa (Panteras) y el doblete de Lezama (Mustangs), pusieron los números definitivos en un encuentro que careció de emociones finales. Muy trabado y peleado en la mitad del emparrillado, mucho gracias al loable trabajo de las defensivas que dieron lo mejor de sí para intentar mantener a raya a sus rivales. Ganar es ganar, se sabe; pero también hay que valorar que, si se pierde, sea por una mínima diferencia.
