Zarpazo mexiquense
Unos mermados Leones Coacalco no se achican y hacen la grande al derrotar 29-14 a los Rhinos
Volteabas a su línea y realmente era un panorama desolador, no había mucho material, no había para dónde hacerse, se tenían que rascar con sus propias manos y tener que sacar agua de las piedras. Estamos hablando de una enorme proeza la que tenían que realizar los oriundos de Coacalco.
La situación era totalmente diferente con sus rivales, unos Rhinos que venían con el carro completo y dispuestos a iniciar la temporada con el pie derecho. Podríamos hablar que se pecó de confianza o que tal vez pesó mucho la salida obligada por lesión de su QB titular, Bruno Castillo, misma que condicionó el accionar del equipo y toda la estrategia planeada a lo largo de la semana.
Pese a todo, el juego comenzó a pasos lentos pero seguros, con un primer cuarto que pasó de noche pues solo sirvió para que comenzaran a tomar ritmo y confianza, quitarse los nervios del primer juego e iniciar a tambor batiente el segundo cuarto. Los de Coacalco pegaron primero, después respondieron los gigantes africanos con Silverio Abundis y los felinos cerraron con un nuevo revés, ahora cortesía de Diego Silva.
Para ponerle mayor emoción al juego, los Rhinos empezaron la segunda mitad como los grandes, la defensiva se fajó e hizo lo suyo con la intercepción de Ernesto Urióstegui que llevó hasta el otro lado del campo para acercarse en los cartones y creer en la remontada, pero de a poco se iba diluyendo esa esperanza. El golpe anímico de ver fuer a su líder fue algo que ya no lograron revertir.
Los Leones Coacalco fueron amos y señores de la conclusión del partido, se mantuvo la ventaja obtenida desde la primera anotación misma que supieron manejar y aumentar en el último episodio gracias a otro par de anotaciones con las que dieron el cerrojazo final. Mermados en hombres, pero con un ímpetu a prueba de balas y embestidas africanas que a la postre sirvió para que la garra del norte iniciara la temporada con el brazo en alto.
