Con una decisión divida de 14-13, el Stormtrooper sufrió de más, pero alcanzó a superar a un poderoso Rhino que vendió cara la derrota.
La novel División de los Pesos Ligeros sigue dando de que hablar y ofreciendo un espectáculo sui generis. Que quede sentado en el acta que no lo decimos de forma despectiva, sino todo lo contrario; aunque más bien sería como la célebre frase de Forrest Gump “La vida es como una caja de chocolates, nunca sabes que te tocará”. Y es algo que todos agradecemos enormemente.
Round 1. Con calma, que llevo prisa.
Estudio, sólo eso, no hubo un notorio intercambio de golpes, ni volados, jabs, ganchos o uppers que hicieran levantar a los aficionados de sus lugares. Más bien hubo un contante juego de piernas, ambos flotaban sobre el ring, esperando el momento preciso para atacar, pero no hubo tal. Fue un round seco, soso, carente de emociones, como si el Stormtrooper y el Rhino se guardaran todo para el final.
Round 2. El que pega primero…
Una vez analizada la situación, el miembro de ‘El ejercito imperial’, se dispuso a romper con la tranquilidad del combate e iniciar una hecatombe a su alrededor. Era más la intensidad que la precisión, como si fuera un demonio de Tasmania que sólo gira sobre su propio eje destrozando todo lo que hay a su alrededor. Así fue y así le funcionó con el certero derechazo que ponía los primeros puntos a su favor (TD de Eduardo González – Néstor Paredes).
Round 3. El gigante africano despierta.
Si el Stormtrooper quería mantener la misma intensidad sin recibir una respuesta por parte de su rival, estaba muy equivocado. El Rhino es pacífico por naturaleza, pero no oses despertarlo pues su furia no tiene límites; a nadie le quedó duda, mucho menos a su rival que no veía lo duro si no lo tupido con dos sendos ganchos de izquierda (TD de Carlos Guerrero y ‘Su majestad’ Silverio Abundis) provocando que las piernas del contrario quedaran como gelatina.
Round 4. …Pega dos veces
Lo mejor del combate sin duda fue el último asalto, la pelea regresó al sendero de lo ríspido, pero el drama crecía conforme pasaban los segundos en el reloj. Jabs que no encontraban destino y combinaciones que se perdían a la mitad. Hasta que llegó ese golpe de suerte por parte del ‘Imperial’ (TD de González – Oswaldo Fentánez) que mandó a la lona al ‘Gigante africano’. Lo anterior marcó la diferencia para los jueces quienes no dudaron en decretar el triunfo para la causa Trooper.