Una feroz ofensiva de los Dragones Aztecas provoca un escandaloso 29-6 sobre los Tigers Xtreme
Cuenta la leyenda que existía una ‘serpiente de fuego’ o ‘lagarto turqués’ -nombrado así por su forma y color- conocido como Xiuhcóatl. Se decía que era un ente precioso, un culto al fuego, la llama que todos tenemos en nuestro interior, misma que extingue toda manifestación de maldad, soberbia, ego y debilidad, y usado por Huitzilopochtli y Tonatiuh como arma para vencer a sus enemigos. Una completa deidad azteca.
Habiendo escrito el preámbulo, se entiende el porque los Dragones Aztecas llegaron al emparrillado otoñal con cierto hándicap a su favor, ese extra, algo ‘que traen’ pero que no se puede describir con palabras pues es algo que carece de tangibilidad y que en ocasiones se le llama suerte o bendición.
Con la venia ancestral, la deidad azteca llegó al enchufado al otoño, aprovechando y explotando todas las facilidades que de a poco le fueron otorgando las bengalas extremas pues en todo momento se las hicieron pagar. El inicio parecía que sería un duelo cerrado, pues las anotaciones de Joshue Dávila (Dragones) y Alán Alatorre (Tigers) daban una previa de lo que podría ocurrir en el partido.
Pero la realidad fue otra, el lagarto turqués estaba presente en todos y cada uno de los integrantes del equipo que hicieron un partido casi perfecto, con una segunda mitad inmaculada en la que no dejaron hacer nada a los felinos que poco a poco fueron desapareciendo del terreno del juego, víctimas de sus propios errores.
Un doble de Irving Arévalo y una anotación más de Ulises Hernández -todos a pase de César Arano-, fueron el colofón de un debut de ensueño para los Dragones que levantan la mano para ser protagonistas en esta temporada del Back to the football. La gran misión es mantener la llama que recién encendieron y no quedar sólo en un efímero chispazo.