Idilio naranja

Unos contundentes Jugosos se quedan con el tazón de la División II tras vencer 27-8 a los Sooners

Podríamos considerarlo como algo poético o simplemente verlo como una curiosa casualidad pues justo el partido que inauguró la División II, en la temporada Back to the Fooball, fue el mismo con el que se dio cerrojazo a una excelso y vibrante torneo que nos regalaron todos y cada uno de los integrantes que formaron parte de ello.

El resultado de temporada regular pasaba a segundo término, atrás quedaba el triunfo de los suculentos por 26-15 ante los Sooners. Hoy, pese a tener a los mismos protagonistas, se trataba de una historia muy diferente. En juego estaba la gloria del más peleado de todos los tazones, la división de plata, la antesala de la grandeza; aquel trofeo que, nos atrevemos a decir, te da un reconocimiento de grandes proporciones pues, insistimos, no cualquiera puede salir con la mano en alto y llevarse a la victoria.

Pero el Jugoso había mantenido una idílica relación con aquella bella, desde aquel juego de la Semana 1 en que terminaron venciendo al colono para conquistarla. Un hermoso cariño, que Dios le había mandado y estaba destinado nomás para él. Desde entonces se sentía como un niño, con nuevo juguete, contento y feliz. Un amor que demostraba en todo momento con cada anotación que ejecutaban en honor a la amada Victoria (TD de Gabriel de la Torre).

¿Qué de raro tiene que se haya perdido por una mujer? Realmente nada, y menos cuando se tiene una cara hermosa y un cuerpo de diosa, deseada por propios y extraños. Pero ella solo tenía ojos para el suculento y este respondía en todo momento con una sobredosis de ternura, pues no hay una mujer en este mundo que pueda resistirse a los detalles, menos cuando estos vienen en pares (anotaciones de Francisco Vergés y Eduardo Méndez).

Pese a tener todo en contra, el primer colono intentó cortejar a aquella mujer ajena, llevando promesas y gestos invaluables, incluso irrechazables (TD de Efraín Correa). Pero no, ella sólo tenía ojos para el jugoso que respondía nuevamente (anotación de Cuitláhuac Cerón), después de todo ambos se consideraban un precioso regalo, que del cielo había llegado y que los colmaba de dicha de amor. No podían evitarlo y querían gritarlo, pues ambos eran un hermoso cariño que Dios había mandado nomás para ellos.

Este otoño ha sido inolvidable para ambos. Se disfrutan se gozan y se han jurado amor eterno, al menos podemos confirmar que un año estarán juntos, ya veremos si logran reafirmarlo en la siguiente temporada. Por pronto, que vivan los novios.