En un partido suigéneris -y con marcador de 13-7-, los Ducks sorprenden y terminan con las aspiraciones de los Toritos Texcoco
La ronda de Comodines está diseñada para dar oportunidad a más equipos de calificar a la fiesta grande, muchas veces llega ser considerado como algo injusto, pues no deben pagar justos por pecadores, pero en el deporte como en la vida misma, para ser el mejor deber derrotar a cualquier rival que se ponga enfrente, sin importar que estén en clara desigualdad pues no existe enemigo pequeño (aunque en el papel se crea todo lo contrario).
La forma en la que ambos equipos llegaron a estas instancias es algo de locos, totalmente opuesto pues los Toritos Texcoco, sembrados en 4º lugar de la División I con un honroso récord de 4-2, tenían que disputar el boleto a Semifinales contra los Ducks, siguientes en la tabla que apenas lograron obtener dos victorias por cuatro descalabros. Parámetros que se extra polarizan al ver los puntos a favor y en contra que tuvieron ambos.
En el papel, cualquier hubiera firmado un rotundo y seguro triunfo para los pequeños bravíos pues su explosiva ofensiva iba de la mano con su segura defensa, mientras que los emplumados -que terminaron siendo de los equipos más perpetrados en su zona de anotación-, llegaban en el papel de víctima. Pero, cómo se ha visto en esta ronda, las sorpresas están a la orden del día y el juego de ambos no fue la excepción.
Las aves gialloneri aceptaron lo que dictaban la casa de apuestas y planeaban hacer un auténtico robo, que la casa perdiera por fin y encontraron muy pronto la forma de hacerlo posible con su tempranero TD el cual tuvo una respuesta inmediata con el bombazo de Roberto Villeda que encontró buen destino en las manos de Paco Flores para empatar el partido. Por dicho inicio, todos creíamos que el partido sería de alarido y vibrante en todo momento. Que errados estábamos…
El tiempo transcurrió de forma lenta, somnolienta, sin ningún tipo de aviso y hasta pareciera que ninguno quería ganar pues todos los receptores, sin excepción se cansaron de tirar balones seguros y de perder la oportunidad de hacerse famosos pues muchos de esos balones fueron en zona de anotación o cerca de. Para rematar, el ataque terrestre de ambos carecía de cualquier tipo de imaginación y parecía inminente el llegar al alargue para (si todo salía bien) definir a un ganador.
Pero no, afortunadamente no se tuvo que llegar a tanto y, después de N cantidad de intentos, al fin los receptores de los Ducks se acordaron como agarrar el ovoide y llevarlo a la zona de anotación (TD de Gerardo García) para terminar la faena y dejar tendidos a los Toritos Texcoco pues aquello significó la última jugada del partido. Nada más que agregar.