Con marcador de 25-14, los Comanches dan la campanada y vienen de atrás para vencer y eliminar a los Peleadores
Los momios y las casas de apuestas no los daban como favoritos, ni siquiera los mejores tipsters puesto que todos se iban por la fácil, la segura, la obvia. Los Peleadores eran los que tenían el sartén por el mango, se sabía en toda la liga y se reafirmaba con el cierre de torneo que tuvieron puesto que, a pesar de que ambos conjuntos cerraron con derrotas, los Comanches venían de sufrir dos descalabros al hilo.
Pero, como dicen los que saben, los Playoffs son otra cosa, una fase en la que se realiza un borrón y cuenta nueva y poco importa lo que se hizo o dejo de hacer en la temporada regular puesto que ya no hay margen de error, no hay mañana, lo mismo puedes terminar de líder y salir en una mala tarde o llegar de panzazo y terminar explotando todo el talento en las finales. Cosa curiosa pues los Comanches lo entendieron bien e iniciaron con el pie derecho poniendo los primeros puntos del juego.
Los Peleadores, eternos combatientes que anhelan enfrentarse a cualquier rival sin importar quien sea, no rehuyeron al intercambio de golpes y menos cuando ellos habían sido los primeros en salir tocados. Fiel a su estilo, alzaron los puños y apelaron a su instinto para regresar el ‘cariño’ con dos sendos impactos cortesía de Carlos Jiménez.
La tribu, pese a todo, lucía impávida. No había ningún atisbo de temor o preocupación en su calmo semblante. Aceptaron los golpes, y no retrocedieron, simplemente sonrieron, disfrutaban del momento y se sentían cómodos con la desventaja pues sabían que en cualquier momento podían aprovecharla a su favor. ¿A qué nos referimos? Una ventaja puede ocasionar un exceso de confianza en quien la tiene y pecar de ello. Ejemplos hay muchos y este no fue la excepción.
Comanches, con todo que ganar y nada que perder, esperó al final para descargar toda su ofensiva y abalanzarse en contra de los irlandeses luchadores que ya no vieron lo duro, sino lo tupido. Un TD de Daniel Santillanes, sumado al doblete del RB, Mario Moreno, ‘Cantinflas’, le daban la vuelta y una cómoda ventaja al conjunto indio que solo se dedicó a sobrellevar el juego, aprovechar el momento anímico y hacer del tiempo su mejor aliado pues quedó muy poco para que los Peleadores siquiera intentaran reaccionar. Que vengan los japapeos.