Victoria por 19-12 de unos inspirados Ducks que extienden sus alas y le regalan un gris debut a Mamilas
La división de honor nos regaló una de esas exhibiciones que encantan, que atrapan, que tienen un poco de todo. Y claro que lo agradecemos, más con otro de los esperados regresos, la ternura del emparrillado, el equipo de Mamilas que venía dispuesto a recordar las glorias de temporadas pasadas y ser uno de los serios candidatos para disputar uno de los tazones.
Enfrente, uno de los favoritos de los aficionados, las llamadas aves gialloneri que venían de recibir un descalabro y evidentemente necesitaban recuperar el terreno, más cuando se trata de un torneo de pocas semanas en el que, conforme transcurren las mismas, el margen de error se va reduciendo y cualquier derrota pesa más que la anterior, así que perder no era opción.
Yendo a lo que nos truje, podemos mencionar que el primer y el último cuarto fueron los panes del sándwich; claro, son importantes y sin ellos no se puede hacer nada, pero todo el sabor estaba por dentro. Es así que, después de un olvidable inicio, lo bueno quedaba para el segundo episodio.
¡Y se dieron con todo! Da gusto ver capítulos así, con equipos que dan y reciben castigo, con dos anotaciones por bando que incluyó un regreso de patada. Con la excelsa combinación en dos ocasiones de Daniel Jiménez y Uriel Díaz para Mamilas, mientras que Gerardo García hacía lo propio y se echaba al hombro a los emplumados para demostrar que los Ducks también tenían pólvora en sus carabinas. Los aplausos del respetable no se hicieron esperar con la tremenda exhibición que nos estaban dando.
El tercer cuarto bajó las revoluciones por obvias razones; mantener ese ritmo es cansino y se tenía que replantear la estrategia para aguantar todo lo que estaba por delante. Por fortuna para los gialloneri, todavía quedaba parque en los fusiles y no desaprovecharon la única oportunidad que tuvieron; Una vez más el Jerry García hacía de las suyas y se encaminaba a la zona prometida para dar la ventaja definitiva a unos plumíferos que sufrieron en los instantes finales y casi les sacan el juego, pero no les alcanzó a sus oponentes para salirse con la suya. Partidazo.