Con marcador de 13-6, las noveles HK Rhinos derrotan a las Quetzallis y se llevan el trofeo a casa.

Por Rogelio Acosta

Un premio al esfuerzo, a la superación, al contante trabajo y las ganas de querer superarse día tras día. Una bocanada de aire fresco, de nuevos bríos que han llegado hasta esta instancia con todo que ganar y nada que perder. No es la historia de un equipo en particular, es de ambos. El boleto para llegar aquí fue difícil; lo sufrieron, batallaron y, pese a todo, la recompensa fue grande.

La Final fue un justo y merecido premio para ambos equipos.

Los dos equipos debutaban en esta instancia. Las Quetzallis llegaban después de dos años de existencia, con un proyecto que va creciendo a pasos agigantados en Puebla y que parece no tener fin, una fuerza perenne que amenaza con quedarse mucho tiempo por acá. Por su parte, las Hala-Ken Rhinos eran las cenicientas del torneo, las novatas, aquellas que bien podrían decir “Lo que salga es bueno”. Caprichoso destino, se sacaron una Final.El juego, siguiendo la tonalidad del partido que fungió como antesala (Cowgirls vs Thunder Girls), fue cerrado. Las jugadoras de ambas escuadras estaban pagando el derecho de piso, el nerviosismo y la presión que ejerce el ambiente del partido grande comenzaba a pasar factura. La inoperancia era más notoria en las ofensivas, mismas que carecían de ideas y de buen juego para causar estragos en sus rivales.

Las ofensivas no hallaban como penetrar las barreras defensivas.

La moneda estaba en el aire y las primeras en quitarse los temores serían las beneficiadas. Ninguna se atrevía a dar el primer paso. Las ‘Kaxchixl’ no arremetían y ‘La pluma inefable’ no volaba. Todo cambió cuando Daniela Sánchez se quitó el letargo que la frenaba y penetró la barrera poblana para poner el seis en el marcador, suficiente para concluir la primera mitad.Las Quetzallis no terminaban por asimilar lo que estaba en juego, el escenario no las dejaba volar con tranquilidad, las arengas de la porra trataban de despertar los ánimos en las suyas, pero parecía que lejos de beneficiar les perjudicaba un poco más. Para muestra la nueva anotación de las Rhinos que llegó por obra de Alondra Martínez. El TD era una cubetada de agua helada.

Fuera nervios. Las HK Rhinos lograron sobreponerse al pánico escénico y salir con la victoria.

La parcela poblana enmudeció al instante, pero no sus jugadoras. Recordaron esa ambición que las llevó hasta aquí y pronto recordaron que toda la Angelópolis estaba de su lado. Tomaron vuelo y el impulso fue tal que las llevó a la zona prometida, cortesía de Leslie González. La alegría volvió, aunque fue demasiado tarde. El silbato sonó por última vez en la Temporada Primavera, misma que nos confirmó que, si existe algo inquebrantable, eso es la unidad maya. In lak’ech… Hala ken.

In lak’ech (yo soy otro tú), hala ken (tú eres otro yo).

Imágenes: Yael Mejía

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