En un cerrado duelo, los Zopilotes vuelan alto y logran derrotar 17-12 a los ‘Baphy’.
Criaturas indeseables, portadoras del mal agüero, de cuestiones supersticiosas, como si sola presencia significara peligro. Más negros que la noche, así podemos titular al duelo que nos dieron los Zopilotes y los Chivos Negros, ambos equipos llegan en calidad de rivales a respetar, los ‘Baphy’ como campeones divisionales y ‘La Parvada negra’ como finalistas divisionales.
El duelo era prometedor, ambas escuadras llegaban con caras nuevas a su debut otoñal, el reto era poder conjuntar a la perfección los engranes para que la maquina empezara a tomar ritmo y avanzar paso a paso hasta la zona prometida. Costo trabajo, se notaban tiesos, faltos de aceite, como si apenas se hubiera encendido después de años de estar en hibernación.
Los primeros en carburar fueron los Zopilotes, el hambre de revancha se notaba en sus ojos y en su ansiedad por querer hacerse presentes en el marcador, fue cuando Edgar Martínez llevó el balón de Octavio Carrasco hasta la zona de anotación para romper el tenso empate. Las alas se iban extendiendo y se preparaban para emprender el vuelo.
Apenas separaban las garras del suelo cuando los Chivos Negros llegaron a tambor batiente para embestir a los volátiles. El TD de Luis Aguirre los acercaba y testareaba un poco a ‘La Parvada negra’, pero ni eso impidió que llegaran a las alturas porque, justo en el intento de conversión de los ‘Baphy’, los carroñeros interceptaron el ovoide y lo llevaron a las diagonales contrarias. Jugada grande para despedir la primera mitad.
En el complemento no hubo gran diferencia entre ambos, los plumíferos ampliaron la ventaja, recayendo ahora al mérito en el WR Joshue Dávila para tratar de poner más distancia. Pero no contaban con que los Chivos regresarían el favor al instante con un regreso de patada. El marcador dejó de moverse, ambos jugaron sus cartas en las sombras, pero, al menos por hoy, los Zopilotes resultaron ser los más negros en la noche.