Con un 19-14 a su favor, el poder ofensivo de Los Chivos Negros se impone y deja fuera al ITAM.
Un clásico duelo de juventud contra experiencia, la maña sobre la enjundia y valentía, las cicatrices sobre las primeras heridas. La atracción y morbo por ver si el joven y fuerte león se impone ante la sabiduría del actual líder de la manada. En el papel luce fácil y sencillo para los dos, pero el exceso de confianza puede ser el pecado que los lleve a la penitencia.
¿Muere el rey?
Los Chivos Negros llegaban al compromiso de Playoffs con la presión de ser monarcas primaverales, de refrendar lo hecho en el primer semestre en el certamen otoñal y concretar un año de ensueño, de llevarse un doblete y hasta un triplete si entran al tradicional “Turkey Bowl”. La posición en la tabla pasaba a segundo plano, pese a ser las ‘víctimas’ de la eliminatoria, ellos estaban obligados a defender, a como de lugar, el trono que aún poseen.
No pasó mucho tiempo y ya estaban adelante en el marcador con el TD del RB de los Chivos, Juan Acevedo. El tope aturdió a los Colmillos ITAM, pero el mismo sólo sirvió para sacarlos de su letargo y empezar a carburar como la vistosa ofensiva que fueron durante la temporada regular. La obligación los llevó a usar una de sus duplas favoritas: Héctor Mercado y Ángel Reyes para empatar y darle la vuelta al marcador. El aullido se hacía presente.
Viva el Rey
Si algo ha caracterizado a ‘Los Baphy’, es que siempre sacan fuerzas cuando todo luce perdido, se sienten cómodos sin los reflectores, sin ser favoritos, ellos son de dar gratas -o ingratas, dependiendo como se vea- sorpresas. Así fue en su campeonato de la Temporada Primavera 2019 y aquí no fue la excepción; un doblete de Rolando Valle los ponía adelante en el marcador y marcaban buena distancia sobre su rival. Los lobos estaban heridos.
Todo era confusión en ‘La Manada itamita’, el guion era otro, les cambiaron el libreto y el caos era evidente. Fue en la segunda bofetada cuando reaccionaron con el regreso de patada de Guillermo Vueltiflor y la conversión de Jorge Vega, pero fue insuficiente. Los Colmillos lo intentaron hasta el cansancio, pero la desesperación los carcomió de a poco. Al final sólo quedó un silbatazo que anunciaba la conclusión del partido y, con ello, el último aullido de los lobos en la temporada.