Los Mighty Ducks se aprovechan de unos erráticos Titanes a quienes vencen por un cerrado marcador de 21-20
Las poderosas aves le hacen honor al sobrenombre que se han ganado, mismo que reafirmaron a lo largo de la temporada tras cerrar con un contundente récord de 5-1, igualado con los rojos de Oklahoma -con quienes comparten el derecho de descansar la primera semana de Playoffs- en lo que ha sido una excelsa temporada para ellos.
Hacerlo no fue fácil, los rivales que tuvieron enfrente fueron huesos difíciles de roer y cerraban con uno de los contendientes favoritos de la liga, los Titanes, mismos que ya han probado las mieles del campeonato, ese dulce sabor victoria que se hace vicio, que endroga y provoca que uno pierda la cabeza con tal de tener una gota de aquel elixir.
Estas líneas debían empezar con lo acontecido en el primer cuarto, pero la realidad es que pasó de noche. Un poco tarde, pero las emociones comenzaron en el segundo episodio, con unos envalentonados Mighty Ducks que sobrevolaban las tierras titánicas con intenciones nada amistosas y pretendiendo descargar todo su arsenal sobre el Monte Otris.
Las bombas caían con violencia y los estragos no se hicieron esperar con la anotación de Ulises Vázquez, pero se sabe que los Titanes son de armas tomar y no dudarán en atacar a quienes perturben su paz. Con contundencia, regresaron los “regalos” recibidos y con creces pues dos anotaciones suyas (Juan Karlos Elías y Aldo Muñoz) les daban la ventaja en el encuentro.
Pero vino lo peor, desestimaron al rival y el exceso de confianza les jugó en su contra pues un error bastó para que todo se viniera abajo. Las poderosas aves provocaron un safety, anotaron (otro TD de Vázquez) y aprovecharon la garrafal falla de la defensiva titánica que dejó vivo el balón en su zona de anotación para que los Ducks se fueran sobre él y concretaran una nueva anotación (anotación de Mario Casales). Tres golpes sin respuesta, fugaces, rapaces. Los gigantes del monte Otris no sabían por donde había llegado esa tremenda embestida, quedaron noqueados, groguis, apenas y podían levantarse para intentar recuperar lo perdido, pero fue un esfuerzo insuficiente pues el ataque, aunque certero (TD Jesús Muñoz) no bastó para recuperar la ventaja que ellos mismos perdieron.