Con lo justo
Los rapaces Gavilanes dan la campanada y blanquean 8-0 a unos Piratas que no lograron llegar a buen puerto
Desconocemos si fue el hecho de jugar en un día y hora al que no están habituados, probablemente fueron los vientos fríos o simplemente siguen reconstruyendo su navío, el indómito, que aún sufre los estragos que provocó la marea roja en el otoño pasado. Sea como sea, no hubo gritos piratas, no hubo ron ni cánticos. Simple y sencillamente, los corsarios no llegaron.
Es curioso como pueden cambiar las cosas de una temporada a otra, pero eso poco le importó a los Gavilanes, quienes ya nos dieron muestras en el ‘Torneo del Pavo’ de lo que pueden hacer y la primera prueba era una de las aduanas más complicadas de la División II: los Piratas, poseedores de una de las ofensivas más explosivas, misma que, irónicamente, brillo por su ausencia.
Con esos antecedentes, se esperaba mucho, incluso nos atrevemos a decir que los mosquetes rojos eran una presa fácil, pero la sorpresa fue mayúscula cuando las aves rapaces metieron al terror de los siete mares en su propio campo y obligar al Safety que ponía los primeros puntos en su favor.
El tercer cuarto pasó de noche -literalmente-, desapercibido y digno para el olvido (básicamente fue algo soporífero, para los más elegantes), y estás líneas se redactan solo para desquitar el sueldo. La realidad es fea, pero no hubo mucho que destacar, solo un par de ataques y destellos que no llegaron a nada, pequeñas emociones para la tribuna, pero solo eso.
Todo concluyó con la anotación de los Gavilanes, misma que llegó por la vía terrestre gracias al acarreo de Rubén Hernández para poner el punto final en el marcador. Victoria gris, chata, agridulce; pero victoria al final del día. Mucho que mejorar para ambos conjuntos pues nos atrevemos a decir que con estas actuaciones no se llegará muy lejos. Deseamos que nos den un periodicazo en el hocico.
