Los Sooners no ven la suya en la temporada y caen 33-16 ante los actuales campeones, los Black Demons
El endemoniado campeón recordó lo hecho en la temporada pasada, al fin se quitó la pesada cobija que arrastraba y la derrota sufrida en su debut para sonreír por primera vez en el certamen; todo en contubernio con los Sooners, la escuadra naranja, que sigue sin saber lo que es llevarse un triunfo en este torneo.
El hecho no es para menos, han tenido la mitad de sus juegos y no dan con la fórmula para poder resolver los partidos. Se intenta de una u otra forma, pero todo es infructuoso. Lo anterior fue aprovechado en todo momento por los Black Demons quienes, sabedores del negro presente de los tempraneros, se lanzaron con todo al ataque para poner los primeros números en el marcador.
Y el show de los demonios de ébano fue orquestado por su QB, Iván Salinas, quien tuvo una excelsa noche con cinco pases de anotación, siendo los primeros dos para José Manuel Carrillo y Homero Salinas con los que rompieron las roscas en el marcador. Los primeros colonos, aquellos que ilusionaron a su afición al ser finalistas de la temporada pasada, seguían sin dar señales de vida.
Hubo un intento de reacción, mismo que vino en el segundo cuarto del juego con el TD de su eterno RB, Emilio Bustillos, que poco pudo hacer ante la inoperante defensiva de su equipo que permitió anotaciones en todo momento: Una más de Homero, sumada a la de Guillermo Becerril, le daban una ventaja casi inalcanzable a los Black Demons.
El último cuarto solo fue una confirmación de lo que había sido el resto del cotejo, con unos Sooners que se iban al ataque, más por dignidad que por football, encontraron su recompensa con la segunda anotación de la noche para Bustillos; pero el vigente campeón reafirma su estatus de candidato y favorito al hacer honor al dicho de “no hay quinto malo” pues, una última anotación de ‘Chema’ Carrillo ponía cifras definitivas a lo que fue una auténtica fiesta de diablos.