Los Dragones Aztecas salen del bache y defienden con éxito su guarida al imponerse 28-27 ante el ejército de los Myrmidons

Presentes semejantes, ambos con un brillante inicio que poco a poco se fue opacando. Desconocemos si fue por la presión de mantener el título de invicto y llegar como claros favoritos a las instancias finales del certamen primaveral o es probable que los rivales hayan encontrado la fórmula correcta para derrotarlos, provocando un ligero shock tanto en los Dragones Aztecas como en los Myrmidons del cual tenían que salir inmediatamente.

Esto se dice porque la vida es de rachas, tanto buenas o malas. El idilio nos parece dulce, eterno, jamás se piensa en el final y es esa la razón por la cual no sabemos como actuar cuando se cae en el primer bache, quedamos cegados y el temor es inevitable, nos paraliza y quedamos a merced de quien osó desestabilizarnos. ¿Qué hacer en esos casos? La respuesta está en el temple y accionar de cada ente.

A darle. Los Xiuhcóatl se mantenían refugiados en su guarida, todavía lamiendo las heridas que les provocaron sus últimos rivales; más que estar deprimidos, había rabia porque parecía que habían encontrado su debilidad y eso es algo que no se podían permitir. Los guerreros hormiga, al saber que acorazado de fuego estaba débil, vieron la oportunidad perfecta de propinarle su tercera derrota consecutiva, pero no contaban con la ira ni la sed de venganza que habitaba en su oponente.

Como respuesta, bastaba con ver el brutal ataque que propinaron los Dragones Aztecas (cuatro anotaciones: David Rodríguez, Sergio Carrillo y doblete de Daniel Ledesma) con los que prácticamente terminaron con la mitad de los Myrmidons. Entre decesos y otros que huyeron, los valerosos guerreros que aguantaron estoicos emprendieron una agresiva ofensiva, aprovechando la poca condición que quedaba en el lagarto alado y regresando la cortesía con todo e intereses.

Cual ley del talión, los guerreros hormiga respondieron con las mismas cuatro anotaciones (Ismael Delgadillo, Yussel Arellano, Víctor Infante y Tony Ayala), teniendo una ligera ventaja provocada por un par de conversiones realizadas con éxito. Un punto era la diferencia, solo eso; nada estaba escrito en esta batalla por salir de la fosa y regresar a la senda del triunfo así que, cuando las ofensivas han dado todo, es momento de que las defensivas se hagan presentes.

Y eso fue la diferencia, cuando los Myrmidons tenían todo para emprender un último ataque, vino la potente presión de los Dragones quienes los acorralaron y poniéndolos contra la pared hasta cortar cualquier salida. Todo estaba escrito, solo era cuestión de terminar con lo que habían iniciado. Un Safety marcó la diferencia, solo eso se necesitó para recomponer el camino, abandonar el bache y salir volando con dirección a Playoffs. El gigante esmeralda ha despertado.

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